
Introducción
En la dinámica de grupos, los valores constituyen el eje articulador que conecta la identidad individual con la identidad colectiva. El crecimiento individual y colectivo no es un proceso aislado, sino una espiral virtuosa que se nutre del aporte de cada integrante del grupo y de los vínculos que se establecen entre ellos. En este artículo se propone una reflexión en torno a la relación entre los valores individuales y compartidos, y se analiza cómo se manifiestan las llamadas “10 C del crecimiento”, tanto a nivel individual como grupal.
Valores individuales, valores compartidos y organización grupal.
Los valores individuales orientan las decisiones, conductas y relaciones de cada persona. Sin embargo, al interactuar en grupo, estos valores tienden a negociarse y transformarse, generando una identidad grupal basada en valores compartidos.
El grupo, entendido como una construcción colectiva, favorece la emergencia de una conducta grupal que puede reforzar o desafiar los valores individuales. La forma en que estas tensiones se resuelven determina el grado de cohesión, compromiso y crecimiento que se alcanza.
Por ejemplo:Un valor individual como la autenticidad puede transformarse en un valor grupal de honestidad compartida, que a su vez se refleja en normas de comunicación abierta.
En una organización, los valores institucionales pueden alinear o entrar en conflicto con los valores personales, exigiendo ajustes, diálogos o incluso decisiones de permanencia o cambio.
Las 10 C del crecimiento individual y colectivo
A continuación, se detallan las diez variables observadas en clases y su relación con los valores, tanto individuales como colectivos, junto con ejemplos concretos que permiten comprender cómo estas dimensiones se expresan en los distintos contextos grupales e interpersonales:
1. CREER
Individual: Confiar en el propio potencial para afrontar retos.
Ejemplo: Una estudiante se inscribe en un concurso de oratoria a pesar de su miedo a hablar en público.
Colectivo: Cultivar la confianza grupal para alcanzar metas comunes.
Ejemplo: Un grupo que confía en sus capacidades se propone organizar una feria escolar con éxito.
2. CREAR
Individual: Usar la imaginación para desarrollar propuestas originales.
Ejemplo: Un artista independiente diseña una exposición basada en sus vivencias personales.
Colectivo: Combinar ideas para generar soluciones innovadoras.
Ejemplo: Un equipo interdisciplinario diseña un plan de acción para mejorar la convivencia escolar.
3. COMUNICAR
Individual: Manifestar pensamientos y emociones con claridad y respeto.
Ejemplo: Un alumno expresa cómo se siente ante una dinámica grupal, favoreciendo el diálogo.
Colectivo: Establecer redes de comunicación funcionales y horizontales.
Ejemplo: Un grupo crea un buzón virtual donde todos pueden dejar sugerencias de mejora.
4. COMPARTIR
Individual: Ofrecer tiempo, ideas o apoyo sin esperar algo a cambio.
Ejemplo: Un compañero comparte sus apuntes con quien faltó por enfermedad.
Colectivo: Construir un espacio donde lo común tiene más valor que lo individual.
Ejemplo: El grupo establece normas para compartir materiales y respetar turnos de uso.
5. COMPROMETERSE
Individual: Cumplir con lo que se promete, incluso ante dificultades.
Ejemplo: Una joven asume un rol en una actividad comunitaria y lo lleva hasta el final.
Colectivo: Sostener un compromiso ético y afectivo con los objetivos grupales.
Ejemplo: Un colectivo vecinal se mantiene firme en su lucha por un parque seguro.
6. COLABORAR
Individual: Participar activamente y con actitud positiva en tareas grupales.
Ejemplo: Un integrante asume tareas que no le fueron asignadas para que el grupo avance.
Colectivo: Generar sinergias que multiplican los resultados.
Ejemplo: En una brigada de voluntariado, todos se organizan por áreas para actuar de forma más eficiente.
7. CONTRIBUIR
Individual: Aportar con actitud constructiva en cualquier situación.
Ejemplo: Una persona propone mejorar el clima del aula con un mural participativo.
Colectivo: Sumar esfuerzos y saberes para lograr un bien común.
Ejemplo: Un grupo diseña un reglamento de convivencia basado en ideas de todos.
8. CRITICAR
Individual: Evaluar los propios actos y aceptar retroalimentación con apertura.
Ejemplo: Tras recibir observaciones sobre su proyecto, una alumna reformula su enfoque sin molestarse.
Colectivo: Analizar constructivamente procesos o resultados sin atacar personas.
Ejemplo: En una reunión, el grupo revisa errores del pasado para no repetirlos en futuras actividades.
9. CONSENSUAR
Individual: Ceder en parte para alcanzar acuerdos que beneficien a todos.
Ejemplo: Un miembro modifica su propuesta para integrar aportes de otros.
Colectivo: Tomar decisiones integradoras y justas para el grupo.
Ejemplo: El grupo acuerda los horarios de reuniones escuchando las necesidades de todos.
10. COHESIONAR
Individual: Aportar con actitudes que fortalezcan la unidad.
Ejemplo: Una persona promueve el respeto entre pares cuando surge un conflicto.
Colectivo: Generar sentido de pertenencia e identidad compartida.
Ejemplo: El equipo adopta un lema y símbolo que representa sus valores y metas.
Conclusión
Cuando las personas se conectan desde valores como el respeto, la confianza y el compromiso, los grupos comienzan a funcionar mejor. Las “10 C” nos muestran que el crecimiento no es solo individual, sino también colectivo, y que cuando cada quien pone de su parte, ya sea compartiendo, colaborando o buscando acuerdos, se construyen espacios donde se vive mejor.
Estas actitudes no son solo ideas bonitas; se reflejan en lo cotidiano: en una reunión del barrio, en un proyecto escolar o en un grupo de vecinos que se organiza por el bien común. Son pequeñas acciones que, sumadas, generan cambios reales, cuando un grupo se une, escucha y actúa con respeto y compromiso, no solo avanza: se fortalece, se cuida y se transforma.
Sireidy Díaz
22-MPSN-5-007
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